de su disco Canciones por descubrir
ASUNTO DE SILLAS - Cuento breve Obra Premiada en el concurso a la Producción Literaria por la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Diciembre de 2017
Sentada como estaba frente a él, como quien atravesara un proceso misterioso y sutil, su imagen empezó a desintegrarse.
De a poquito y por partes se volvía traslúcida, luego transparente. Podía verse la luz de la calle a través de su cuerpo.
Con su voz sucedía algo distinto, más raro aún: iba tomando otra sonoridad, algo parecido a un eco debilucho y demorado, como si proviniera de una sala abandonada.
Toda ella se iba diluyendo de a poquito. Lo verdaderamente extraño es que sólo él notaba todo esto: para el resto del universo la otra silla estaba desocupada.
Él escribía y escribía. No paraba nunca de escribir. Muy pocas veces y muy levemente ralentizaba su trazo y levantaba la vista para observar los cambios acaecidos en ella: la borrosa habitante de la otra silla.
El bar tenía el sonido de siempre: una mezcla de charlas, cucharitas tintineantes y partido en la tele. Las bisagras cansadas de la puerta vaivén maullaban con cada entrada triunfal o desahuciada de los personajes habituales.
A veces la puerta quedaba un poquito abierta y el ruido de la avenida Corrientes entraba y salía por allí.
Cada vez menos vestigios quedaban de ella, siguiendo un proceso notablemente desparejo. De pronto no quedaba ninguna parte de su cara, pero su voz - ya pequeñita y soplada - seguía allí.
Por alguna extraña razón, esa tarde la desintegración pasó a ser desaparición. Y eso sí que lo inquietó tanto, que se vio obligado a interrumpir la escritura.
Justo él, que creía que escribir poco era lo peor que le podía suceder.
Su ausencia empezó a perturbarlo. ¿Sería irreversible, permanente, irremediable? Pasaron varias tardes casi iguales.
Sólo eran distintas las conversaciones de los otros, la voz de la tele y la luz del sol. La silla permanecía deshabitada. -¿Está ocupada esta silla? –le pregunto un señor con pinta de abogado, en la ignorancia total de lo complicado que resultaría para él contestar esa pregunta tan simple en apariencia, tan común, tan descarnadamente habitual.
Como era de esperar, se quedó pensando qué responder. Notó en ese momento que había perdido el entrenamiento de hablar, el hábito de comunicarse.
El señor trajeado se contagió de su mutismo y por unos instantes ambos quedaron como una imagen congelada. -¡Déjelo, le alcanzo otra! –le dijo Ever, el mozo más viejito, mientras apuraba el paso desde el otro lado del salón.
Ahí fue cuando le cayó la ficha: había pasado demasiado tiempo en ese bar. Demasiadas tardes, demasiada vida, demasiado todo.
-¿Te traigo otro cortado, vas a comer algo Laureano? Le dijo Ever, con esa actitud de merienda maternal que saben tener los mozos expertos.
-¿Te sentís bien? Hoy... estás un poco raro - lo interrogó, para ver si lograba hacerlo hablar.
Laureano lo miró como quien recién ha llegado de muy lejos, posó temblorosamente la birome en la mesa, tomó un poco de aire y en vano intentó emitir, hilar palabras.
Entonces Ever hizo lo que muy contadas veces en toda la historia de aquel bar: se sentó. Como dos viejos amigos, apenas se miraron.
-Hermano…(hizo una larga pausa, miró la vieja puerta , tomó el valor necesario y continuó hablando) Me parece que por fin, estás empezando a olvidarla… Los mozos son gente que sí sabe de la vida.
Andrea Bollof
andreabollof@gmail.com
Magnífica naracion del cuento de las sillas . Felicidades Raúl.
ResponderEliminarMuchisismas gracias, me alegra te haya gustado el cuento y mi narración, y por seguir Cuenta Tangos abrazo fuerte!!!!
ResponderEliminarFelicitaciones Raúl!!!
ResponderEliminarExcelente la Narracion!!! Excelente voz la de Andrea Boloff!!! Un abrazo!!
Muchísimas gracias Mabel, si es excelente todo lo que hace Andrea un abrazo
EliminarExquisita narración!
ResponderEliminarGracias!!!
Muchisimas gracias morocha amiga, abrazo de tango!!!
EliminarFabuloso y muy auténtico, parece mentira cuánto nos llegan a conocer personas que están en un lugar que visitamos a diario.
ResponderEliminarNuevamemte felicitarte por tu buena lectura y la elección
La canción muy bella tomo nota de esta gran artista. Graciass. Un abrazote!
Muchísimas gracias Encarna, siempre por tus comentarios, cuanta verdad en lo que dices y a esta querida artista ya la hemos compartido en el programa Tiempo de Radio Tango con su voz y algunas de sus canciones...un fuerte abrazo y seguimos... https://tiempodetangobarcelona.blogspot.com/2021/08/tiempo-de-tango-28-1ra-y-2da-hora.html
EliminarMe encantó este cuento!! Gracias por compartirlo! Un abrazote :-)
ResponderEliminarMuchas gracias, me alegro que te haya gustado un abrazo fuerte.
EliminarHermoso el cuento,original,además el tango que le sigue invita a completar la historia. Felicitaciones.por el programa,alta calidad
EliminarGraciassssss muchisimas gracias por tu comentaríao, y se viene un proximo cuento muy especial!!!
ResponderEliminarBellísimo relato de Andrea, muy buena contrucción del cuento y como siempre excelente tu relato, Raúl!
ResponderEliminarMuchisimas gracias Marce por tu comentario, y por estar siempre, en estas propuestas de radio, relatos y tangos... abrazo fuerte!!!
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