Paladar Negro cuento de Zulema Varela

 

Paladar Negro cuento de Zulema Varela Asi se baila el Tango (Marvil/Randal) Canta Alberto Castillo con la Orquesta de Ricardo Tanturi

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Paladar negro…de Zulema Varela
Y es en ese instante y en esa noche, que la saca  a bailar, ese milonguero único, admirado y requerido por todas las mujeres…
Un paladar negro, con quién seguro va a compartir momentos mágicos, cargados de erotismo y de ilusión.
¿Y si de eso se tratara?...
Y si allí, en ese aparente  juego estuviera la clave?
Y el secreto tan buscado…
Y también, las respuestas que nos persiguen y que parecen que nunca acuden en nuestra ayuda…
Lo cierto es que, ella cierra los ojos, para no perderse nada de esa película y para concentrarse en los compases de ese tango que los lleva por la pista, acompañados por los latidos del corazón.
Siente su marca, como si la estuviera modelando a su imagen y semejanza.
Lo sigue con unción, dulcemente; como se sigue  la doctrina más amada y respetada…
No puede evitar alborotarse, ante  la fuerza de su abrazo protector, mientras  sigue atenta las señales y las  emociones que se  intensifican...  
Y se pregunta: ¿de quién se trata?.
¿Con quién está bailando?
¿Quién es verdaderamente?
Qué sabe de él…
Qué los une…
Qué los separa…
Cuál es su historia…
Es un canalla… 
Es un gran tipo…
Es un héroe…
O un villano…
Por  qué con éste sí y con los otros no se sienten éstas palpitaciones 
Mientras, se precipita este encuentro sublime; sigue acompañando el juego, que ha dejado de ser de a dos, para pasar a ser de uno o de dos que son uno solamente  en estas circunstancias…
Por su parte,  él no espera la pausa, para confesarle que sabe y siente en qué momento del proceso, ella  se encuentra.
Que lo adivina, lo palpita y lo presiente…
Que se ilusiona y le agrada que esto ocurra, tanto que no  puede determinar, dónde está el límite,  la línea divisoria entra la realidad  y lo mágico.
Por eso, cada  instante,  se transforma en un desafío nuevo, que la incluye en su abrazo, indicándole con firmeza, casi rogándole sin palabras, que lo siga, que en ese  instante sublime ella le pertenece, como le pertenece el tango, los años agitados y agotadores de milonguero que lleva encima, que le  han dejado marcas  en el cuerpo y en el alma y que también le permiten  hoy sabiamente  mirarse en sus ojos y predecir el encuentro…

Libro Radiografía de un Encuentro 2. Seducida por el Tango. Editorial Dunken. Argentina. 2012, página 45.